CONTEXTO POLÍTICO


Al término de la Guerra Civil, el general Franco instauró una dictadura personalista y autoritaria, caracterizada por la represión de cualquier enemigo del régimen. El “nuevo Estado” era antiliberal, antimarxista, fuertemente católico, presentaba similitudes con los fascismos (emblemas, saludos….), suprimió las libertades democráticas y se inspiró en el tradicionalismo de la “época imperial” de los Reyes Católicos y los Austrias.

Respecto a las relaciones con el exterior, tras unos años iniciales de aislamiento internacional y gran carestía, España será aceptada internacionalmente gracias al apoyo de los Estados Unidos y al contexto internacional de “guerra fría”. Ello permitió a partir de los años cincuenta una relativa estabilidad interna y una importante recuperación económica durante la década de 1960. Sin embargo, desde esta década y especialmente desde comienzos de la siguiente, comenzó una creciente oposición a la dictadura en demanda de democracia y libertades, que sólo acabarían lográndose tras la muerte de Franco (1975).

Tras este breve resumen del franquismo nos centraremos en la última etapa, de 1960 a 1975 conocida como tardofranquismo o camino a la transición. Esta etapa está caracterizada por la creación del Plan de Estabilización que supuso un gran económico de los años 60 como veremos a continuación y por la evolución política y el aumento de la oposición que hizo que comenzase el ocaso de la dictadura, veremos esto más detalladamente.


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CONTEXTO POLÍTICO:

El gobierno de Franco trató de dar en los años sesenta una imagen internacional menos dictatorial, por lo que inició un lento aperturismo. Ejemplo de ello fue la llamada Ley de Prensa de 1966, del ministro Fraga Iribarne, que sustituía la censura previa por la autocensura, lo cual no impidió que se siguiese suspendiendo publicaciones y cerrando periódicos, como el diario Madrid. Pero al mismo tiempo, para afianzar la dictadura y darle legitimidad se crearon diversos organismos y se promulgaron leyes:

- Se constituyó el Tribunal de Orden Público (1963), encargado de reprimir cualquier oposición al régimen.
- Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), que definía España como una monarquía tradicional, católica y social, y consideraba a Franco el depositario absoluto del poder.
- Ley Orgánica del Estado (1967), que contemplaba la separación de la Presidencia del Gobierno y de la Jefatura del Estado, para dar una imagen más aperturista, si bien Franco mantuvo unidas ambas hasta 1973 en que fue designado jefe del Gobierno el almirante Carrero Blanco.

En cualquier caso, la dictadura mantuvo férreamente unidas las distintas familias políticas que apoyaban al régimen, como muestra del poder personalista de Franco: el Ejército, con una importante presencia en el gobierno, la Falange, si bien con una influencia cada vez menor en los centros del poder; el tradicionalismo, representado por el carlismo, que mantuvo su presencia en algún ministerio; la Iglesia, que a través de “Acción Católica” estaba representada en diversos departamento ministeriales; y el Opus Dei, institución católica que aumentó su presencia en varios ministerios. Así mismo, en el verano de 1969 aseguró la sucesión en la Jefatura del Estado, al designar oficialmente como sucesor, en virtud de la Ley de Sucesión de 1947, al príncipe Juan Carlos de Borbón a título de Rey con la aprobación de las Cortes.

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Paralelamente, el gobierno español acabó cediendo las últimas colonias que mantenía en África. Así, al conceder Francia la independencia a su protectorado marroquí, en 1956 se aceptó la independencia de Marruecos poniendo fin al protectorado español, y años más tarde, en 1969, cedió al reino marroquí el territorio de Sidi Ifni, a lo que se sumó, tras un referéndum, la concesión de la independencia a Guinea Ecuatorial (1968).

Por otro lado, en este tramo final del franquismo se fue incrementando la oposición a la dictadura desde diversos ámbitos:

· Desde el punto de vista político: en el interior del país destacó la labor clandestina del Partido Comunista en los ambientes obrero, estudiantil y vecinal así como la aparición de grupos de izquierda radical (Liga Comunista Revolucionaria, Partido del Trabajo). Igualmente, en el exterior, el gobierno republicano seguía manteniendo sus instituciones en el exilio, y los partidos políticos ilegalizados participaron en Munich, con asistencia de algunas personalidades liberales del interior, en el IV Congreso del Movimiento Europeo en 1962, donde se proclamó una declaración de condena de la dictadura de Franco, que calificó dicho acto como el “contubernio de Munich”.
· Desde el punto de vista social, el sindicato Comisiones Obreras de inspiración comunista logró implantarse en los ambientes obreros e industriales de Madrid, el País Vasco y Cataluña, a pesar de ser ilegalizado en 1967. Así mismo, la universidad fue otro foco de protestas, con huelgas y movilizaciones callejeras, al igual que el movimiento vecinal, que a través de asociaciones demandaba mejoras en los barrios y en los servicios. 

En esta creciente oposición participó también la Iglesia Católica, pues tras el Concilio Vaticano II (1965), ciertos sectores de la Iglesia iniciaron un distanciamiento del régimen, como el cardenal de Madrid Enrique Tarancón, que en una declaración pidió perdón por el papel de la Iglesia durante la Guerra Civil, y como el obispo de Bilbao, Antonio Añoveros, acusado de separatista por el régimen y arrestado en su domicilio con la consiguiente tensión con el Vaticano. 

A todo ello se sumó la oposición violenta, representada principalmente por el grupo vasco Euskadi ta Askatasuna (ETA), fundado en 1959, que emprendió desde 1968 acciones armadas. Ante ello, el gobierno franquista declaró el estado de excepción en el País Vasco y la celebración del proceso de Burgos contra militantes detenidos, lo que incrementó el apoyo social a la banda terrorista.

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Con objeto de dar continuidad al régimen, en 1973 fue nombrado presidente del gobierno el almirante Carrero Blanco, hombre duro del régimen, que fue asesinado en diciembre del mismo año en un atentado de ETA. Fue sustituido por Carlos Arias Navarro, que trató de combinar el continuismo de la dictadura con una muy tímida apertura autorizando las llamadas “asociaciones políticas” para aparentar cierto pluralismo político, aunque sin democratizar realmente el país. Aunque poco a poco el régimen de Franco se iba debilitando al compás de la decadencia física de su fundador, la dictadura aun dio muestras de firmeza a través de las actuaciones del Tribunal de Orden Público, y del Proceso 1001 contra miembros de Comisiones Obreras. Sin embargo, el régimen tenía que enfrentarse cada vez a más problemas, y a un incremento de la oposición.

Desde la legalidad, elementos liberales, monárquicos y demócrata-cristianos, como Ruiz Giménez, lanzaban críticas contra el régimen por su falta de libertades. Igualmente, la Iglesia católica, dirigida por el cardenal Tarancón, consolidó su alejamiento del régimen abogando a favor de las libertades y dando cobertura en muchas parroquias a huelguistas y manifestantes. 

Desde el exterior, la oposición no era menor, pues Europa exigía la restauración de las libertades. Además, en Suresnes (Francia), el PSOE celebró un congreso (1974) en el cual abandonó su carácter marxista, y a los socialistas exiliados se impusieron los grupos del interior, resultando elegido secretario general Felipe González, quien encabezará la renovación del partido. Poco después en París se constituyó la Junta Democrática, liderada por el Partido Comunista, que dirigido por Santiago Carrillo y que evolucionó hacia el moderado “eurocomunismo”, y al año siguiente se formó la llamada Plataforma Democrática, integrada por el PSOE, PNV y otros partidos. Ambas organizaciones opositoras acabarían uniéndose poco más tarde en la llamada Platajunta (1976) para aunar esfuerzos con objeto de acabar definitivamente con la dictadura.

En el interior, un grupo de oficiales del Ejército fundo la Unión Militar Democrática (UMD), mientras que en la extrema izquierda surgieron grupos terroristas como el FRAP y el GRAPO, que se sumaron a la oposición violenta junto con ETA.

Resultado de imagen de la marcha verde francoDurante el último año de la vida de Franco se sucedieron diversos hechos que por un lado trataban de afianzar la dictadura pero por otro reflejaban su debilidad. En 1975 se promulgó la Ley Antiterrorista para combatir la creciente ola terrorista y el mismo año fueron fusilados cinco miembros de ETA, lo que originó una gran oleada de protestas a nivel internacional, así como en los ambientes universitarios y obreros. Además, estando Franco ya gravemente enfermo y la dictadura debilitada, este mismo año Marruecos organizó la llamada “Marcha Verde” sobre el Sahara español exigiendo su cesión, por lo que para evitar un aumento de la tensión, el gobierno español aceptó retirarse del territorio y cederlo a Marruecos y Mauritania. Poco después, tras una larga agonía, Franco moría el 20 de Noviembre de 1975, y dos días más tarde era coronado rey de España Juan Carlos I de Borbón. A partir de entonces, aunque inicialmente el monarca mantuvo en la Jefatura del Gobierno a Arias Navarro, se inició un complejo proceso de transición para restablecer las libertades democráticas y poner fin al régimen franquista.

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